Me gusta la semana santa. Antes cuando mi abuela no estaba tan mayor (tiene 94 años) nos reuníamos toda la familia, hacíamos las tradicionales panades, crespells i roboils y lo llevábamos a cocer al horno de leña de la panadería.
Claro que eso eran otros tiempos. Yo era pequeña, las miraba y solía jugar con un trozo de masa que me daban para hacer mis muñequitos. (incomestibles después de tenerlos una hora entre manos)
Hoy día ayudo a mi madre, sólo soy una pequeña ayuda ya que la experiencia es toda suya.
Pero me encantan las tradiciones y hay que hacer lo posible para que no desaparezcan.